lunes, 20 de enero de 2014

EL MISTERIOSO NOMBRE DE SALTA

        ¿De dónde vino? Vaya uno a saber. Muchos coinciden en que el portador del nombre “Salta” era el otrora poderosísimo y actualmente vilipendiado Virrey Francisco de Toledo, quien había diseñado un plan estratégico para brindar seguridad a los caminos del virreinato que consistía en un collar de ciudades alejadas en lo posible del peligro de los indios chaquenses, y cuya primer perla comenzaba en Lima para llegar al otro extremo: Santiago del Estero; pero en esa línea le faltaba una ciudad que él creía conveniente fundar en el valle de Salta.

Muchos gobernadores habían fallado en el intento o no lo habían intentado siquiera, hasta la llegada del Licenciado Don Hernando de Lerma, quien en 1582 funda la muy noble y leal ciudad de San Felipe de Lerma en el Valle de Salta, dando inicio a un plan de conquistas, sobre todo económicas que facilitaban el comercio con el nudo económico del Potosí en el Alto Perú.

Como después veremos, Lerma se va preso a Madrid y sus opositores, entre los que se suman miembros de la Iglesia local, no esperaron mucho para intercambiar el nombre de la ciudad por el del valle, quedando el “San Felipe” perdido en la memoria colectiva por primera vez, ya que el segundo olvido se daría al ser destronado junto a Santiago (San Tiago) como Patronos de una ciudad que tuvo cinco patronos, según sus necesidades inmediatas: (San Felipe y Santiago, San Bernardo, y el Señor y la Virgen del Milagro).

Ahora la ciudad se llamaba Salta y el valle fue de Lerma, nombre que los salteños no se pudieron sacar de encima por más empeño que hicieron.

Pero, ¿de dónde viene el vocablo “Salta” y qué significa?

Fácil pregunta con respuesta difícil, incluso hasta infantil a veces; como cuando se afirmó que los indios se animaban entre ellos a saltar los famosos tagaretes, hoy escondidos debajo de las avenidas céntricas de nuestra ciudad.

-¡Salta! ¡Salta! –se decían en perfecto castellano desconocido para ellos. Por lo que cuando los conquistadores los encontraron, estos grupos de pueblos primitivos ya hablaban de corrido su idioma. A veces, tanta ingenuidad en los historiadores da pena.

Otros investigadores hablaban de que los dueños de la tierra eran los “Sajtas”, un grupo con marcadas características de guerreros e indómitos y que de allí, por deformación lingüística, la etnia se fue denominando “Salta” y de esta manera el nombre quedó en la tierra que ocuparon, nuestro actual valle. Pero resulta ser que en las lenguas primitivas que se hablaban en la región, solo encontramos el vocablo “Sajta” en la lengua quechua, y este es un sustantivo que significa un manjar de ulluku (la llamada papa lisa o papa coya o morada) machacada y que se come con charque y ají. Por su parte “Sajtasqa” es un adjetivo que significa triturado, machacado, majado.[1]

Otra hipótesis sobre el nombre “Salta”, quizás la más defendida por sus simpatizantes e investigadores históricos, es aquella que afirma que el vocablo proviene de la voz aymara “Sagta” que significa “Muy Hermosa”. Veamos… En el diccionario quechua encontramos el adjetivo “bello” que se pronuncia “Sumaj”; en aymara “hermoso” se puede decir “suma”, “achaya”, “k’acha” o “panqara”. Para “bello” le corresponde solo “achaya” y “panqara”. La palabra “Sagta” no existe en el aymara ni en el quechua. Ahora bien, en aymara “saxta” es un guiso de gallina.

También debemos saber que en la lengua aymara existe la palabra “salta” que hace alusión a las figuras en telares y/o vasijas. Que difícil tarea ¿no? A seguir participando.



Diccionario Queshwa – Castellano; Castellano – Queshwa “Jesús Lara” Ed. Los Amigos del Libro. Oruro (Bolivia) 2001.

Diccionario Freelang Aymara - Español, Español - Aymara. En la web. 


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