miércoles, 13 de noviembre de 2013

PROGRAMA DEL SEGUNDO ENCUENTRO DE ESCRITORES

PROGRAMA
II ENCUENTRO DE ESCRITORES
“SALTA NUESTRA CULTURA 2013”

Sábado 16
Hs. 09.00      Inauguración - Acreditaciones

Hs. 09.30       Mesa Presentación Libro “Antología Primer Certamen Literario S.N.C. 2011” de Autores Varios de Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Colombia, México, Cuba y España-
                       
                        Entrega de Libros a miembros del Jurado Internacional y escritores galardonados en la oportunidad.

Coordina:      Marcelo “Quebracho” Agüero Urquiza (Salta).

Hs. 10.00       Mesa Presentación Libro: “Entre Sombras y Vuelos” de Lourdes Angélica Zalazar, Miguel Urzagasti y Verónica de los Ángeles Gutierrez.  

Verónica de los Ángeles Gutiérrez (Tilcara - Jujuy).

Coordina:      Ángela Susana Aguiar (San Salvador de Jujuy).

Hs. 10.30      Pausa (Coffee break) (café, mate cocido, pan casero, galletitas)

Hs. 11.00       Presentación de “Hojas de Palabras” del Grupo Cultural Amigos del Arte (GRADA) 29 Años Difundiendo Cultura para Todos.  
                       
Coordina:      Francisco Romano Pérez (Libertador General San Martín - Jujuy).

Hs. 11.30      Mesa: Poesías

                        Lusa de León (San Salvador de Jujuy) “El Mosquito”.
Ángela Susana Aguiar (San Salvador de Jujuy) “Devastación” y “Firme”.
                        Silvina Marta San Marín (San Salvador de Jujuy) “Mi Papá
José Chávez (San José de Metán) “Muerte Acorralada”.
Cristina Larice de Roura (Mar del Plata) “Te Doy Mi Voz País”.
Alicia Ramos (San José de Metán) Poesía a Determinar.

Coordina:      Plácido Lorenzo Bruno (San Francisco – Córdoba).

Hs. 12.00       Mesa Homenaje al Escritor Federico Gauffin. Relatos y Poesías del autor homenajeado.
                       
                        Juanita Susana Molina (San José de Metán – Salta)

Coordina:      Lourdes Angélica Zalazar (San José de Metán - Salta).

Hs. 12.30       Mesa Narrativa.

                        Ángela Susana Aguiar (S.S. Jujuy) “Las Campanadas”, “Inexistencia” y “Abandono de Persona”.
                        Verónica de los Ángeles Gutiérrez (Tilcara – Jujuy) “Alemasis”.
                        Mónica Adriana Ovejero (Salta) “Bajo la Luna”.
                        Norma Leonor Degano (San Francisco – Córdoba). Trabajo a confirmar.
                        Plácido Lorenzo Bruno (San Francisco – Córdoba). Trabajo a confirmar.

Coordina:      Cristina Larice de Roura (Mar del Plata).

Hs. 13.00      Break (Almuerzo)

Hs. 17.00      Mesa: Poesía

                        Ángela Susana Aguiar (S.S. de Jujuy) “Masacre” y “Franco Tirador”.
                        Francisco Romano Pérez (Lib. Gral. San Martín). Trabajo a determinar.
                        Silvina Marta San Martín (S.S. de Jujuy) “Tus Sentidos” y Otros poemas.
                        José Chávez (San José de Metán). Trabajo a conformar
Luisa de León (S.S. de Jujuy). Trabajo a determinar.
                        Verónica de los Ángeles Gutiérrez (S.S. de Jujuy). Trabajo a determinar.

Coordina:      José Chávez (Metan).
                       
Hs. 17.30      Mesa Poesía.

                        Lourdes Angélica Zalazar (San José de Metán). “Partida” y otros poemas.
                        Alicia Ramos (San José de Metán). Trabajos a determinar.
                        Cristina Larice de Roura (Mar del Plata). Trabajo a determinar.
                        Juanita Susana Molina. (San José de Metán) Trabajo a determinar.
                        Plácido Lorenzo Bruno (San Francisco – Córdoba) Trabajo a determinar.
                        Norma Leonor Degano (San Francisco – Córdoba) Trabajo a determinar.

Coordina:      Marcelo Agüero Urquiza (Salta).

Hs.18.00       Pausa (café, mate cocido, pan casero)

Hs. 18,30      Mesa Sorpresa: Poesía

                        Para colegas que no se pudieron inscribir y lo hagan a último momento.

Coordina:      Norma Leonor Degano (San Francisco - Córdoba).


Hs.19.00       Mesa Narrativa.

                        David E. Slodky (Salta) Microrelatos: “Dibujitos”, “La Valija”, “El Tío”, “El Amor y la Muerte”, “Linaje” y “La Madre de Todos los Vivientes”.
                        Francisco Romano Pérez (Lib. Gral. San Martín, Jujuy) Narrativa escogida
                        Ángela Susana Aguiar (S.S. de Jujuy) Narrativa escogida.
                         
Coordina:      Marcelo Agüero Urquiza.

Hs. 19.30      Mesa Sorpresa: Narrativa.

                        Para colegas que no se pudieron inscribir y lo hagan a último momento.
                       
Coordina:      Lourdes Angélica Zalazar (Metán).

Hs. 20.00      Mesa: Poesía (Teleconferencia)

                        María Begoña Egüen (Durango, Bizkaia – España) “Amor Silencioso (Silva Asonantada)” y otros poemas

Coordina:      Marcelo Agüero Urquiza (Salta)

Hs. 20.30      Mesa Abierta:

Destinada a colegas que se acerquen al evento sin inscribirse.

Domingo 17

Hs.10.30        Exposición y venta de libros de todos los autores participantes incluidas las antologías SALTA NUESTRA CULTURA 2011 ($ 50) y 2013 ($ 25).

Hs. 11,00      Mesas Libre Poesía, Prosa, Coplas, etc.

Hs. 11.30       Cierre del Segundo Encuentro de Escritores SALTA NUESTRA CULTURA  2013. Palabras de despedida.





jueves, 7 de noviembre de 2013

II ENCUENTRO DE ESCRITORES EN SALTA

Queridos amigos, colegas de Salta, el país y el mundo, por este medio quedan cordialmente invitados a participar del II° ENCUENTRO DE ESCRITORES "SALTA NUESTRA CULTURA" 2013.

Como puedes participar?

Es muy sencillo, manda tu nombre completo, Tipo y N° de documento de identidad, y ciudad que representas, junto con el trabajo que leerás en el encuentro, (Poesía, Cuento Breve o Microrelato) a mi correo mraurquiza8@gmail.com o por mensaje a mi facebook MARCELO RUBEN AGUERO URQUIZA, aclarando si viajas a Salta o por razones de distancias (si vives en otro país o más de 2.000 km de Salta) participas mediante video conferencia en facebook. De esta manera ya estas inscrito o inscrita.

Por qué debo mandar el trabajo que voy a leer?

Porque ese trabajo será publicado en una antología que se presentará durante el desarrollo del Encuentro.

Hasta cuándo puedo inscribirme?

Hasta el día 10 de noviembre de 2013 inclusive.

Cuanto cuesta la inscripción?

La inscripción es gratuita y el evento es apto para todo público en las mismas condiciones de gratuidad. El sábado está previsto un almuerzo en el lugar del Encuentro con espectáculos artísticos para el día sábado y para el día domingo a modo de despedida. Los mismos tendrán un valor de Pesos Cincuenta cada uno. Se incluye bebidas gaseosas y vino salteño.

Dónde se desarrollará el Encuentro?

En la casa de Quebracho, en calle Zapata N° 4, frente al Monoblock 21 de Villa Palacios en la ciudad de Salta Capital.

En qué fecha será el Encuentro?

Sábado 16NOV13 de hs. 09,00 a 13,00 y de hs. 16,00 a 21,00 y domingo 17NOV13 de horas 09,00 a 13,00. El Programa completo saldrá el día 12NOV13 por este medio y por facebook.

Dónde me puedo alojar?

Casas rodantes, remolques y carpas, en forma gratuita en el lugar del Encuentro. Habitaciones si desea puede ser en el Círculo de Oficiales de la Policía de Salta, calle Juramento 37 por el valor de Pesos Ochenta por día y por persona, También puedes realizar reservas donde quieras. Nuestra ciudad tiene una amplia estructura hotelera para todos los gustos y posibilidades.

Puedo realizar homenajes y/o presentar libros?

Si puedes hacer estas dos actividades. De hecho, ALTA NUESTRA CULTURA presentará la antología de colección de su Primer Certamen Literario 2011 y la Antología del presente Encuentro.de Escritores 2013.

Dónde se realizarán las Acreditaciones?

Directamente en el lugar del Encuentro al momento de ingresar cada escritor u escritora.

MUY IMPORTANTE:

Un Encuentro es una reunión donde todos vamos a presentar nuestros trabajos y donde todos vamos a escuchar los trabajos de los demás colegas. Un Encuentro es compartir vivencias, conocernos, saber que estamos en un mismo camino. Por ello, al Encuentro se lo vive en la amplitud de su desarrollo y duración. Es nuestra muestra de respeto acompañar a todos los colegas en sus ponencias. Por eso, aclaramos que no corresponde abandonar la sala durante los horarios establecidos para el desarrollo del Encuentro, salvo justificadas excepciones. Esto se tendrá en cuenta a fines de las correspondientes certificaciones.

Gracias. Un abrazo y ya saben como contactarme para consultas.


jueves, 12 de septiembre de 2013

LUIS ALBERTO PINTOS, MAESTRO.

Un poco retrasado del 11 de septiembre "Día del Maestro Argentino" quiero rendir homenaje a todos los maestros, entre ellos y en especial atención: a mi hermana, mis cuñadas y cuñados, mis tías, mis primos y primas, mis amigas y amigos; pero me resulta difícil tratar las diferentes experiencias profesionales de estas queridas personas, tales como el largo viaje de mi joven e inexperta hermana a la localidad de Tolloche (Salta) conociendo así su primera escuela. La experiencia de mi tía Aurelia que desde Santa María de Catamarca fue a trabajar en su primera escuelita en El Algarrobal (El Quebrachal . Salta) o mis tías Gladys Noelia Maradona y Angélica Torres Jimenez "Chichí" quienes hacían toda una travesía a caballo por las cornisas y vadeando ríos para llegar en aquellos años al pueblito de La Caldera y dar clases en la escuela "Juana Moro de López"o la experiencia de Susana Braylan, una porteña que enseña español en la University of Florida (U.S.A.)

En este homenaje voy a hablar de un amigo. Un querido amigo llamado Luis Alberto Pintos, maestro, profesor de Geografía y amante de esa vocación de servicio que lo lleva todos los días a cumplir unos cuantos kilómetros en automóvil y otros tantos en lancha para poder encontrarse con sus alumnos en la escuela de la Isla Buey Muerto (Formosa).



Como la mayoría de esos maestros que lo entregan todo, Luis encontrándose de visita en Salta no desaprovechaba oportunidad en recordar a sus alumnos de la isla y, en el camino que hacen las vías del "Tren de las Nubes", filmaba las montañas y los pequeños pero caudalosos ríos, relatándoles cada imagen, cada toma haciendo referencias a las formaciones de la geografía local. Lo mismo ocurrió en el Abra de Santa Laura, por el camino de cornisa a Jujuy, que filmaba las líneas divisorias, pintadas en la calzada de la Ruta Nacional 9, entre las provincias de Jujuy y Salta. Filmando como uno en ese lugar podía poner un pie en una provincia y el otro en la provincia vecina. Eso le llnaba de alegría al tiempo que despertaba mi admiración por él.



Por curiosidad le pregunté como es el viaje desde su casa a la Isla Buey Muerto y me contó que con otros docentes que viven como él en Clorinda (Formosa), salen muy temprano en el vehículo de uno de ellos (el que por turno corresponda), hasta un lugar donde tienen una lancha a motor lista para hacer el otro tramo sobre el río Paraguay. Este viaje puede resultar dentro de un calor insoportable, un frío poco visto en esas latitudes o bajo la lluvia y en medio de la bruma que no deja ver más allá de sus narices...



Este viaje puede tener algunos conflictos, como por ejemplo cuando el río lleva cientos de camalotes que obstaculizan el avance de la embarcación.



Otro problemita lo traen algunos pequeños inocentes a los que ellos llaman "tercer pasajero" en la lancha y que casi siempre son algunos ofidios como esta yarará escondida en cubierta en el tacho con combustible.



Pero víboras hay en toda la zona de Buey Muerto...




Y así, maestros y algunos alumnos llegan a la escuelita rural...





Cantan el Himno Nacional e izan la Enseña Patria como se lo hace en todas las escuelas del país, pero el ambiente es algo distinto allá en la húmeda frontera del noreste...







Después de las horas de clase en las aulas, sirven la comida de los niños al mediodía, y luego los docentes se juntan en un pequeño y sencillo almuerzo.


  
Pero no todo termina ahí, el trabajo en las escuelas rurales continua a la siesta y a la tarde, en las labores de huerta y otras tareas de la que los maestros no son ajenos...







Hoy tomamos a este maestro anónimo, para que en él, rindamos homenaje a todos los maestros argentinos, se encuentren donde se encuentren, en una isla, en el monte, en la selva, en las grandes alturas, en los desiertos altiplánicos, en los salares, donde quiera Dios los haya mandado a sembrar el interés por el aprendizaje...








Luis Alberto Pintos, un anónimo maestro en un lugar que seguramente Ud., como yo, jamás sentimos nombrar, la Isla Buey Muerto, en Formosa. Un hombre igual que todos los hombres, un docente singular que no desaprovecha oportunidad para hacer algo por sus alumnos. Él fue el maestro elegido por Salta Nuestra Cultura para que en su persona felicitemos a todos nuestros maestros en su día...

Feliz Día del Maestro!!!!





NOTA: Las fotografías fueron tomadas del facebook del homenajeado.

sábado, 8 de junio de 2013

Quebracho in U.S.A. ENRIQUE ANTONIO D'ANTONI CAMPEÓN SALTEÑO DE KART 1976


 La pasión por el kart en Salta, nace aproximadamente en 1972. Allí empiezan a forjarse nombres que hasta el presente permanecerán tallados en la memoria de los salteños “fierreros”. Así, recordamos a los hermanos Lucio y Arturo D’Andrea, Mario y Roly Spezzi, a los hermanos Campos, a los Sayo (padre e hijo), al “Coya” Vilte, Siles, Néstor Alderete, Marcelo Bobes, Jorge Cafrune, Enrique Mura, Luis Pescador, Juan Rosas, Antonio “Nino” D’Antoni y su hijo Enrique D’Antoni, entre otros. Algunos más memoriosos alcanzan a recordar a uno de los últimos jefes de banderilleros: El “Flaco” Pérez.


Kartódromo

En aquellos tiempos competían dos categorías de estos pequeños pero muy veloces monopostos: el “Directo” y el “Con Caja”. Correr en directo era toda la adrenalina al volante. Los karts eran muy veloces, sin cajas de cambio, con dos pedales (freno y acelerador), recuerdo que para arrancar esos motores, los “pechadores” levantaban la parte trasera del chasis, que casi siempre era un Manoso (M-101), daban dos o tres pasos ligeros y lo dejaban caer al pavimento para que traccione con fuerza y así arrancaba como una fiera despidiendo el clásico olor del aceite y rugiendo fuertemente por su escape libre. Los karts con caja de cambio, arrancaban con solo pechar unos cuantos metros, en segunda el piloto soltaba el embrague y así arrancaba más suavemente, pero no por ello dichas carreras resultaban faltas de entusiasmos y carentes de seguidores.


El martes 7 de diciembre de 1976, el diario “El Intransigente” realiza una entrevista al Presidente del Salta Kart Club, Carlos Anselmino y al Tesorero de la institución Julio César Campos, preguntándoles que pasaba con el karting que en los últimos meses no se hacían carreras, contestando Anselmino que las carreras ya no se realizaban dentro del ejido urbano por una prohibición municipal y que antes se realizaban en el “Nudo Arenales” (actual Arenales y Bolivia), Plaza Alvarado, Barrio El Tribuno, etc., y esas competencias fueron siempre en colaboración con diversas cooperadoras quienes recibían el 50% de la recaudación. Campos por su parte manifestó en la oportunidad que el Salta Kart Club mantiene un estrecho vínculo con el Auto Club Salta, pero que no resulta apto construir una pista para karting en el autódromo, pues es un terreno ajeno. Anselmino, por su parte, dijo que el club tenía todo para construir una pista menos el terreno, que había un terreno en las cercanías del Río Vaqueros, pero era peligroso por las inundaciones. Aclararon que el club no recibía ayuda oficial, que económicamente estaban bien con el aporte societario y que contaban con un parque automotor de 30 monopostos en categoría directos y 10 con caja, con posibilidad de elevarlo a 60 o 70 en el caso de contar con un kartódromo. Cabe aclarar que se realizaban de 12 a 14 carreras por año.


El camino al Triunfo

Sabemos que Enrique D’Antoni no llegó al triunfo de 1976 por casualidad. En el campeonato anterior, cuando solo contaba con 15 años de edad, había alcanzado el podio ocupando el segundo lugar, atrás de un excelente rival, como lo era otro joven corredor: Lucio D’Andrea quien había ganado airosamente el torneo 1975.


En el campeonato de 1976, D’Antoni y D’Andrea se convirtieron en la atracción de las distintas competencias. Enrique acentuó sus cualidades y desde el principio de temporada se fue encaramando en busca del primer puesto hasta lograr su consagración, superando por escaso margen de puntos, en esta oportunidad a ese indiscutido y experimentado corredor Lucio D’Andrea, quien en esta oportunidad, relegado al segundo lugar. Enrique D’Antoni un chico de ejemplar trayectoria personal y deportiva recibía la noche del viernes 28 de enero de 1977 en la Peña “El Guardamonte” de calle Balcarce, segunda cuadra de nuestra ciudad, el máximo galardón en categoría directo año 1976. En la categoría con caja, recibiría su premio, el campeón Julio Cesar Barnichea.


La Entrevista con el Diario El Intransigente

El 22 de diciembre de 1976 bajo el título “D’Antoni: La Actividad del Karting fue Pobre”, el diario El Intransigente comienza su artículo diciendo: “La falta de escenario, hizo que la actividad del karting resultara pobre este año, dijo a El Intransigente Enrique D’Antoni.


Para luego agregar: “Una juvenil figura se perfila como firme promesa en la conducción mecánica en nuestro medio. Nos referimos al ya notable piloto Enrique Antonio D’Antoni, 16 años, estudia perito mercantil y es alumno del Colegio Salesiano de esta ciudad. El chico D’Antoni es uno de los mejores conductores que cuenta el Salta Kart Club y su nombre ha trascendido merced a su reconocida pericia y al comando de los pequeños monopostos. Lleva más de dos años conduciendo su karting y desde su iniciación lo hizo en la categoría de los buenos: directo. Tuvo y tiene a su padre Antonio D’Antoni como su mejor maestro, también corredor en la misma categoría y que más de una ocasión debió resignar posiciones compitiendo con su hijo. Joven, sereno, mesurado, correcto y disciplinado, son virtudes que lo han hecho merecedor a la simpatía y respeto de sus compañeros de competencias y amigos. Enrique se prepara a seguir la carrera de medicina al concluir su bachillerato. Íntimamente desea competir en el futuro profesionalmente con su madre, la doctora Lorenzo de D’Antoni.”


Con el subtitulo: Sus Conceptos. El periódico salteño continúa su artículo: “Lo invitamos para dialogar sobre diversos aspectos de la actividad del karting local y demás conceptos del deporte, dijo: Lamentablemente este año la actividd del karting fue muy pobre, y no por que los directivos tuvieran culpa, sino que se ha prohibido la realización de carreras dentro de la ciudad. Esa medida nos perjudicó a todos los kartinistas puesto que tampoco contamos con una pista adecuada ni las posibilidades inmediatas de concretarla. Ello también impidió la promoción de algunos chicos que estaban preparándose para competir junto a los más veteranos. Más adelante Enrique D’Antoni emitió su juicio respecto a otros corredores. En Salta tenemos un lote de buenos pilotos, caso Lucio D’Andrea, los hermanos Campos, en especial Julio César (Bocha) con quien tengo que luchar duramente en cada competencia, a mi juicio son los mejores en categoría directo. Nuestros motores son de fabricación nacional y esas máquinas no nos permiten competir con os de afuera. La potencia de otras es superior. Referente a su participación en los campeonatos locales, agregó En esta temporada realizamos solamente 7 carreras del programa y el año pasado a esta altura del año habíamos cumplido las 15 programadas sin que se haya puesto inconvenientes a nuestra actividad… Mi mejor carrera? La que realicé en Rosario de Lerma y que gané en lucha reñida hasta el final. Eso fue hace más o menos tres meses atrás.


Los aplausos no terminaron ahí, el 15 de enero de 1977 el Círculo de Periodistas Deportivos (C.P.D.) realizó un almuerzo en el Salón Blanco del Club Gimnasia y Tiro para agasajar a los deportistas destacados. El famoso premio a los mejores del deporte se encontraba repartido en un círculo dorado para el Deportista del Año, recibiendo el mismo el Ing. José Alberto Pintado, destacado andinista del Club Amigos de la Montaña. También se otorgaron 29 círculos plateados, recibiendo uno de ellos Enrique D’Antoni por resultar campeón en kart categoría directo y de los 18 diplomas de honor, uno fue merecido a Juan Carlos Barnichea al resultar campeón en la categoría con caja.


En ese almuerzo se distinguieron a cuatro mujeres: Marcela Querio (voley), Noemí Rodríguez (paracaidismo), Ana Inés Torino (tenis) y Laura Mulhall (hockey sobre césped).


Enrique D’Antoni era un adelantado para su época. Correr a los 14 años de edad; subir al podio, en el segundo puesto, a los quince y ganar un campeonato a los 16 en esos diminutos bólidos a diez centímetros del pavimento y a más de cien kilómetros por hora. Era cosa de tipos especiales. Amantes del vértigo y la velocidad.


Vaya mi humilde homenaje a ese adolescente temprano del ayer, a su familia y a todos los que de una manera u otra formaron parte de la familia del Salta Kart Club.

                                                                                                        Quebracho.   


Fuentes:

D’Antoni: La actividad del karting fue pobre” en sección Deportes, pág. 22, Diario El Intransigente de fecha miércoles 22 de diciembre de 1976.

José Alberto Pintado El Deportista del Año” en sección Deportes, Diario El Tribuno de fecha lunes 20 de diciembre de 1976.

“El Kart Distingue a sus mejores Figuras” en sección Deportes, Diario El Intransigente de fecha viernes 28 de enero de 1977.

El Premio a los Mejores del Deporte” en sección Deportes, Diario El Tribuno de fecha martes 18 de enero de 1977.

Entregará el 15 de enero las Distinciones el C.P.D.” en sección Deportes, Diario El Intransigente de fecha miércoles 29 de diciembre de 1976.

Salta Necesita un Kartódromo Internacional. La Inactividad” en sección Deportes, Diario El Intransigente de fecha martes 7 de diciembre de 1976.

Las Distinciones 1976 Serán Entregadas el Próximo Sábado” en sección Deportes, Diario El Intransigente de fecha lunes 10 de enero de 1977.

“El C.P.D. y Las Distinciones 76” en sección Deportes, Diario El Intransigente de fecha domingo 16 de enero de 1977.

Entrevistas a Félix Ramón Lorenzo, Mario Alejandro Spezzi, Héctor Alberto Agüero Urquiza y Víctor Ramón Calabreci, acérrimos simpatizantes del kart salteño en el periodo estudiado.

Charlas mantenidas por el autor del presente trabajo con Enrique Antonio D’Antoni en La Florida (U.S.A.) en abril y mayo del presente año.


Fotografías publicadas en los diarios El Intransigente y El Tribuno, y de la colección privada del autor.

domingo, 21 de abril de 2013

Quebracho in U.S.A. LA CANA


LA CANA

Cuantas veces hemos escuchado que cuando algunas personas se refieren a la policía, la llaman: “la cana”. A veces suena un poco peyorativo, como una falta de respeto hacia los uniformados; pero… ¿De donde viene esta palabra? ¿Cómo empezó esto de “ahí viene la cana”?

La respuesta nos la brinda Roberto Arlt,* el escritor nacido en Buenos Aires, dueño de una narrativa urbana de tintes policiales, influenciadas quizás cuando trabajaba como cronista policial en algunos diarios de la capital, como cuando lo hacía en “El Mundo”, donde el 20 de julio de 1929 escribía: Ha fallecido el comisario Racana, que diera origen con su nombre a la imagen “¡ahí viene la cana!”.


Así se lo contó, en cierta oportunidad a Josué Quesada el dicho comisario, quien narra que cuando era oficial inspector, se había hecho popular en ciertos barrios por sus razias contra los malandrinos. Y los chicos, en cuanto a la distancia veían aparecer la popular figura del comisario, lanzaban el grito de alarma: “¡Ahí viene Racana!”.

Pero tanto usaron el apellido que éste terminó por desgastarse y la R y la A se fusionaron en “la”.

El grito prosperó primero entre los pibes que jugaban al football en medio de la calle. De eso hace muchos años, cuando aún no existía el subterráneo y los terrenos que hoy cuestan cincuenta pesos la vara, estaban ocupados por hornos de ladrillos.


Jugar al football en medio de la calle o en las calzadas, fue siempre un juego prohibido y perseguido por la policía de aquellos buenos tiempo. Los ladrones, entonces, tomaban el sol en las esquinas del arrabal; los vigilantes los conocían, pero como un ladrón es más peligroso que un muchacho, “la cana” se ensañaba con los futuros Tarasconi, Tesorieri, Monti, Paternoster, Ferreyra y Ochoa. Perseguía a los menores y a la pelota, más a la pelota que a los menores. Se hacía en cualquier vereda un partido de gambeta y pechazo y, cuando la partida estaba en lo mejor y se habían roto varios vidrios y atropellado a innúmeras comadres que venían  de la carnicería, al trote de su jumento escuálido aparecía “la cana”. La cana designaba al gremio de polizontes; no se refería a uno en especial, sino a la policía. “Ahí viene la cana” así como más tarde al gremio de investigaciones se designó con el nombre de la “yuta” y “ahí viene la yuta” fue un término de alarma entre los ladrones, como el anterior lo fue entre los “footballers” callejeros.

Recuerdo que no había grito que indignara más a los vigilantes que este “ahí viene la cana”. La susodicha indignación, casi siempre, recaía sobre la pelota de jugar al football, pelota que secuestraba el “chafe” y gloriosamente llevaba bajo el brazo hasta la comisaría. En aquellos tiempos ese procedimiento era una forma de hacer méritos, como lo hacen hoy los agentes de tráfico encajando una multa por cualquier pavada. (El caso de pasar boletas).


   Demás está decir que entre la purretada y la policía mediaba un odio tremendo. El arrabal de aquel entonces tenía un periodiquín nocturno que se llamaba El Picaflor Porteño y una barra de maleantes que, en cuanto podía, achuraba a la policía sin escrúpulos de ninguna especie.

Los chicos tomaban ejemplo de los grandes y recuerdo que el deshonor caía sobre la familia que tuviera entre sus miembros un individuo que trabajara de vigilante.
Estos, a su vez, abominaban de la gente arisca; pero como contra ella nada podían hacer porque los caciques políticos defendían a los maleantes, “la cana” se ensañaba con los chicos. Parece mentira, pero es así. En la calle sudaban sujetos que tenían un montón de muertes en su haber, mas no era raro el día en que un mocoso era detenido por hacerse la rabona; y recuerdo que un amigo mío (se había hecho la “rata”) por intentar escabullirse de entre las manos del vigilante, fue llevado a la comisaría veintitrés con cadena. Este chico tenía once años...

La perrera y los vigilantes concitaban así en su contra el odio del arrabal. Aquel que distinguía el carro perrero a la distancia, llevaba la alarma a diez cuadras a la redonda. Con el vigilante ocurría lo mismo. El grito “ahí viene la cana” lanzado por los purretes ponía en guardia a los grandes, hacía escurrir a los perseguidos; los compadritos que tenían alguna cuenta que saldar entraban al almacén; los que tenían la conciencia intranquila pero la seguridad de que nada les ocurriría, se quedaban en la esquina tomando el sol, con el ala del sombrero bien doblada sobre la frente; y en aquellos días, insisto, era más peligroso ser socialista que haber degollado a media docena de prójimos.


 Y los que pagaban el pato eran los menores. Partido de football que se organizaba, fracasaba si no se tenía precaución de poner a un purrete de guardia en el lugar donde solía comparecer el “chafe”. Igual ocurría en los robos de fruta, en que la muchachada solía, o solíamos, ir a despojar los frutales de las quintas. A la persecución de los tanos, con sus mastines, se unía la de media docena de “canas” a caballo, que hacían un ruido enorme para demostrar que nada había entre dos platos.

Y la voz corrió, se hizo popular.

En otra nota dije que los chicos de hoy desconocían un montón de emociones que hemos experimentado nosotros, los mayores. “La cana”, el vigilante destartalado, turco o italiano, con barbas de siete días y piernas arqueadas y casco doblado para cualquier costado, ha desaparecido. “La cana” constituye hoy un cuerpo uniformado, con academia, condecoraciones, premios de las ligas que no ligan nada. “La cana”, la legendaria “cana” semicómplice a veces de los furbos y malandrines, compleja, turbia y despreciada, ha desaparecido.


-Hoy, cualquier zonzo con uniforme es respetado –me decía vez pasada un sargento de otros tiempo-. Antes el uniforme no valía nada, lo que valía era el hombre. Esos tiempos pasaron. Lo que hace falta es que pasen ciertas cosas de estos tiempos.

Creo que este artículo contesta el tema de “La Cana” por la policía; pero también habrá escuchado que les llamaban “Botones”, por policías. De ahí la frase: “-¡No seas botón!”. Bien, he escuchado que esta frase proviene de las antiguas rondas policiales, cuando los uniformados vestían trajes con botones dorados o plateados, los que brillaban en la noche ante las luces artificiales de las calles y eran percibidas por los marginales de la periferia porteña, especialmente los dedicados al delito, quienes al observar el brillo mencionado gritaban: “¡Ahí vienen los botones!”



Lo mismo ocurre con “Los Tiras” por policías, por relación a las tiras que identificaban la jerarquía de los policías, generalmente puestas en los brazos, en su mayoría suboficiales, quienes eran los que realizaban el servicio de calle (patrullajes, puntos fijos, etc). Estas tiras resaltaban con colores claros (amarillos o blancos) sobre la tela oscura (negra o azul marino) del uniforme.

“Rati” es el policía de civil, supuestamente por inversión de “Tira” del ejemplo anterior, el “tira” marca el uniforme, el “rati” a la inversa es sin uniforme. Este lunfardo solo lo escuché en boca de policías. Jamás escuché a los delincuentes hablar de “rati”, por lo que estoy convencido de que se trata de una autodenominación de los hombres de investigaciones.

A la policía se la denomina con otras denominaciones aparte de las vistas, como “yuta” y otras tantas. Todas conforman un lunfardo que fluye desde las marginalidades y ocupan rasgos de popularidad por medio de temas musicales y el folclore propio de cada pueblo. Alguien una vez preguntó: -¿Cómo la llaman ustedes a la policía? Y le respondieron en tono de broma: -No la llamamos, viene sola…




* Publicadas originalmente en El mundo, 20 de julio de 1929 y reproducidas en Tratado de delincuencia: aguafuertes inéditas, (recopilación y prólogo de Sylvia Saítta), Biblioteca Página/12, Buenos Aires, 1996.