Hablar de Bahía Blanca es hablar principalmente de gente hermosa, amable, hospitalaria, atenta, servicial, muy dada y los adjetivos pueden amontonarse y llenar hojas y hojas y nunca completaríamos el concepto. Es hablar de Buenos Aires, pero de la provincia, del sur casi patagónico, de sus relaciones estrechas con Río Negro. El bahiense puede leer tanto su periódico "Nueva Provincia" como diarios de Río Negro. Por supuesto que Buenos Aires, la Capital, también invade con su prensa escrita.
En Bahía Blanca la escritora Marina Kohon nos dió hospedaje gratuito en su Instituto de Inglés de lo que siempre estaré agradecido. Ahí pasé muy buenos momentos con el amigo Américo Manzini, como un hermano más. Lo extrañamos a Gonzalo Zurano y a Omar Ochi, quien este año ganó el premio Vendimia en literatura. Pero en el corazón estábamos los cinco presentes. Aquellos locos que se juntaron un día en Tilcara (Jujuy) y nadie osará separarlos...
Hablar de Bahía Blanca, es decir que los rascacielos quedarton en el camino que viene de la Ciudad Autónoma, no llegaron aun a invadir la ciudad de mediana altura edilicia, bien pintados, sobre calles limpias con mañanas frescas y siestas con el sol a pique que nos hacen desear escaparnos a las playas de Monte Hermoso o Sauce Grande y noches que invitan a caminar la plaza y sus bares y restaurantes.
Bahía Blanca es tranquila, a pesar de ser una ciudad mediana, muchos se conocen o se ubican como si se tratara de un pueblo donde los secretos no existen. Bahía Blanca está al lado del mar, aunque el puerto se encuentre en una pequeña ciudad adherida, Ingeniero White. La Marina de Guerra en Punta Alta y las playas, como dijimos en Monte Hermoso.
En Bahía Blanca se fuma mucho, se habla constantemente por celular, creo que nadie camina sin el celu en la oreja, se camina mucho... pude observar que la gente se mueve poco en taxi, que se juntan a matear en el Parque de Mayo, donde se pueden realizar cabalgatas, pasear en lanchas por el lago, andar en bicicletas y donde todas las calles se hicieron peatonales para que uno pueda andar tranquilo en patines, skates, bicicletas o simplemente correr o caminar.
qué buena reseña Quebracho! Me gustan mucho las fotos que subiste, salvo esta última que parece que estoy en "trance" jajaja. hermosos días pasamos, cuando nos encontremos te contaré los epílogos del encuentro que dieron para mucho. Un abrazo!
ResponderEliminarAmiga, en esta fotografía estás muy hermosa. La extraña tristeza que se refleja en tus ojos, invitan a la poesía en tardes de otoño con sonidos de hojas secas y soles agonizantes. Esos ojos me hablan del pasado familiar, de tu presente de luchas y tu constante perdonar los equívocos para volver a empezar. Sos una hermana para mí y una madraza para todos nosotros, los miembros de la cofradía...
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