¿De dónde vino? Vaya uno a saber. Muchos coinciden en
que el portador del nombre “Salta” era el otrora poderosísimo y actualmente
vilipendiado Virrey Francisco de Toledo, quien había diseñado un plan
estratégico para brindar seguridad a los caminos del virreinato que consistía
en un collar de ciudades alejadas en lo posible del peligro de los indios
chaquenses, y cuya primer perla comenzaba en Lima para llegar al otro extremo:
Santiago del Estero; pero en esa línea le faltaba una ciudad que él creía
conveniente fundar en el valle de Salta.
Muchos gobernadores habían fallado en el intento o no
lo habían intentado siquiera, hasta la llegada del Licenciado Don Hernando de
Lerma, quien en 1582 funda la muy noble y leal ciudad de San Felipe de Lerma en
el Valle de Salta, dando inicio a un plan de conquistas, sobre todo económicas
que facilitaban el comercio con el nudo económico del Potosí en el Alto Perú.
Como después veremos, Lerma se va preso a Madrid y sus
opositores, entre los que se suman miembros de la Iglesia local, no esperaron
mucho para intercambiar el nombre de la ciudad por el del valle, quedando el
“San Felipe” perdido en la memoria colectiva por primera vez, ya que el segundo
olvido se daría al ser destronado junto a Santiago (San Tiago) como Patronos de
una ciudad que tuvo cinco patronos, según sus necesidades inmediatas: (San
Felipe y Santiago, San Bernardo, y el Señor y la Virgen del Milagro).
Ahora la ciudad se llamaba Salta y el valle fue de
Lerma, nombre que los salteños no se pudieron sacar de encima por más empeño
que hicieron.
Pero, ¿de dónde viene el vocablo “Salta” y qué
significa?
Fácil pregunta con respuesta difícil, incluso hasta
infantil a veces; como cuando se afirmó que los indios se animaban entre ellos
a saltar los famosos tagaretes, hoy escondidos debajo de las avenidas céntricas
de nuestra ciudad.
-¡Salta! ¡Salta! –se decían en perfecto castellano
desconocido para ellos. Por lo que cuando los conquistadores los encontraron,
estos grupos de pueblos primitivos ya hablaban de corrido su idioma. A veces,
tanta ingenuidad en los historiadores da pena.
Otros investigadores hablaban de que los dueños de la
tierra eran los “Sajtas”, un grupo
con marcadas características de guerreros e indómitos y que de allí, por
deformación lingüística, la etnia se fue denominando “Salta” y de esta manera el nombre quedó en la tierra que ocuparon,
nuestro actual valle. Pero resulta ser que en las lenguas primitivas que se
hablaban en la región, solo encontramos el vocablo “Sajta” en la lengua quechua, y este es un sustantivo que significa
un manjar de ulluku (la llamada papa
lisa o papa coya o morada) machacada y que se come con charque y ají. Por su
parte “Sajtasqa” es un adjetivo que
significa triturado, machacado, majado.[1]
Otra hipótesis sobre el nombre “Salta”, quizás la más defendida por sus simpatizantes e
investigadores históricos, es aquella que afirma que el vocablo proviene de la
voz aymara “Sagta” que significa “Muy Hermosa”. Veamos… En el diccionario
quechua encontramos el adjetivo “bello”
que se pronuncia “Sumaj”; en aymara “hermoso” se puede decir “suma”, “achaya”, “k’acha” o “panqara”.
Para “bello” le corresponde solo “achaya” y “panqara”. La palabra “Sagta” no existe en el aymara ni en el
quechua. Ahora bien, en aymara “saxta”
es un guiso de gallina.
También debemos saber que en la lengua aymara existe
la palabra “salta” que hace alusión a
las figuras en telares y/o vasijas. Que difícil tarea ¿no? A seguir
participando.
Diccionario Queshwa – Castellano;
Castellano – Queshwa “Jesús Lara” Ed. Los Amigos del Libro. Oruro (Bolivia)
2001.
Diccionario Freelang Aymara - Español, Español - Aymara. En la web.
No hay comentarios:
Publicar un comentario