jueves, 10 de marzo de 2011

GALERIA GÜEMES - BUENOS AIRES - ARGENTINA

Esta Galería fué fundada por Emilio San Miguel Ovejero y Alberto San Miguel Ovejero, ambos hermanos de mi abuelo Adolfo y David Ovejero primo hermano de ambos. Todos salteños.


Fue la primera galería de Buenos Aires de estas características. Los materiales fueron traídos de Europa. La Galería Güemes se encuentra en calle Florida. Cariños. Pipa San Miguel




El 15 de diciembre de 1915 se abren las puertas de la hoy mítica Galería Güemes. El pasaje Güemes, también conocido como “Paseo Florida” fue considerado el primer rascacielos construido en Buenos Aires, con sus 14 pisos y 87 metros de altura.





Desde los primeros años de la galería, ya sorprendía la variedad de usos y funciones que albergaba en su interior el paseo. En el subsuelo, un teatro, un cabaret y un restaurante; pisos de vivienda que daban a Florida y pisos de oficinas sobre San Martín; en la terraza del piso 14, otro restaurante, con mirador.




En Abril del 2010 se reabrió “El Mirador” de Galería Güemes en Buenos Aires y todos los jueves puede ser visitado por quienes disfruten de observar la ciudad desde un lugar diferente.



La galería concretó la reapertura al público, después de más de 20 años, de su mirador ubicado en la entrada Mitre del edificio, en el piso 14 a 87 metros de altura de la famosa peatonal.




 En los años de su creación, en “El Mirador” funcionaba un binocular de gran tamaño, desde el cual se podía ver hasta la costa uruguaya. Durante mucho tiempo fue el punto más alto del país hecho por el hombre.


Actualmente “El Mirador”, es el único que permite una vista privilegiada de 360º de la Ciudad de Buenos Aires y del mítico casco histórico del Microcentro. Desde él, pueden avistarse los cuatro puntos cardinales, distinguiendo las históricas cúpulas de la Ciudad: El Palacio Barolo, el Congreso, el Río de la Plata y hasta la costa uruguaya.


El faro desmantelado, color celeste encendido en su cúpula servía de referencia a las embarcaciones del Río de la Plata.








El interior de la Güemes es una selva de ornamentos, de ménsulas y luminarias de bronce, de esculturas, herrerías, tímpanos con grafitos en estilo casi bizantino y cantidades alucinantes de marmolerías. Todo este despliegue es ordenado por la regularidad de disposición de estas fachadas internas.




  La galería es de doble altura y sus altas columnas contienen grandes aperturas que dejan ver una planta baja y un entrepiso. Estas columnas tienen un basamento de granito rojo, fustes de mármol italiano clarito y cálido, y unos remates que no llegan a capiteles y se integran a la bóveda sosteniendo una noble cornisa muy simple. La línea vertical de las columnas continúa en la bóveda en forma de nervaduras muy marcadas, que mantienen el ritmo de abajo.





Las bóvedas están puntuadas por grandes paños de vidriería, grandes tragaluces bordeados por luminarias como ojos, ovalados y blancos. Junto a las dos cúpulas, construidas con los mismos materiales pero más ornadas, le dan a la galería una gran luz natural y una sensación de espacio mayor al real. Esta luminosidad y expansión se refleja en las entradas a los “edificios”, rematadas de esculturas de bronce o pintadas como si lo fueran, que anuncian el acceso a los mejores ascensores jamás vistos, y punto: nadie, nunca, pensó un acceso a un ascensor como Gianotti en este edificio.



 
 
Las bóvedas están puntuadas por grandes paños de vidriería, grandes tragaluces bordeados por luminarias como ojos, ovalados y blancos. Junto a las dos cúpulas, construidas con los mismos materiales pero más ornadas, le dan a la galería una gran luz natural y una sensación de espacio mayor al real. Esta luminosidad y expansión se refleja en las entradas a los “edificios”, rematadas de esculturas de bronce o pintadas como si lo fueran, que anuncian el acceso a los mejores ascensores jamás vistos, y punto: nadie, nunca, pensó un acceso a un ascensor como Gianotti en este edificio.




Vale la pena ir a la Güemes para ver los grupos escultóricos en bronce que ennoblecen las cajas que suben y bajan


Para la Arquitectura del Art Nouveau, la Galería Güemes es uno de los ejemplos más representativos, ubicados en Buenos Aires, de este movimiento arquitectónico internacional que surge en Europa a fines del Siglo XIX y se extiende a la Argentina en forma contemporánea. Buenos Aires posee obras muy significativas de la tendencia italiana llamada "floreale", de la denominada "secesión vienesa", o la transculturada desde Cataluña, a través de los discípulos de Gaudí, conocida como "modernismo catalán". Arquitectos como Alberto Hugo Villaruel (a)“Aluvihugo”, García Núñez, Colombo, Gianotti, entre otros, legaron un repertorio de obras emblemáticas, de alto valor patrimonial.




Los promotores de la obra fueron los salteños Emilio San Miguel y David Ovejero, dueños de gran fortuna y propietarios de la casona que desde 1830 había en el terreno. Al principio se pensó en edificar tan sólo sobre la calle Florida, pero luego se sumó al proyecto el Banco Supervielle, propietario del lote que miraba a San Martín. Se optó entonces por un edificio-pasaje que conectara ambas calles mediante una galería de 116 metros.



La Galería fue considerada una de las obras cumbres del Art Nouveau, estilo Liberty italiano.



 
 

Hasta hoy la galería es recordada no solo por su arquitectura, sino también por los personajes que delinearon mucha de su historia: Saint-Exupéry vivió aquí y escribió “Vuelo nocturno”, en el burlesque, actual Piazzolla Tango, cantó Carlos Gardel, Bernardo de Yrigoyen era habitué de la cafetería Bonafide, Cortázar inmortalizó el paseo en su cuento “El otro cielo” relato que cierra su obra “Todos los fuegos el fuego”, y muchos otros personajes que aún hoy son recordados en los relatos de la galería.



 

La tradicional perfumería Ruiz y Roca, ocupa desde 1950 un lugar en la galería.



Una elegante y hermosa mujer llamada Helen, preparaba las más exquisitas fragancias de acuerdo al gusto y la personalidad del cliente. En esa época, adquirir uno de estos perfumes era algo muy exclusivo.


Más tarde vinieron los perfumes importados de Francia y desde esa época Ruiz y Roca (pionera en el ramo) ofrece las mejores fragancias.


Es mucha la gente que todavía en la actualidad identifica a la galería como "La Galería de los perfumes".


 
El bar mas tradicional de la galería es Boston City, donde en sus comienzo solo los hombre podían acercarse a tomar un café.



 
La Galería Güemes en 1916.



Estamos todos invitados a hacer de turistas en este lindísimo y recuperado ámbito, que tenemos la suerte de poder usar. La Güemes se merece una visita urgente e inmediata, para ver una lección de cariño, buen gusto y arquitectura de primer orden.



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