SOLEDAD MARTÍNEZ: “LA VOZ DE LA TIERRA”

La mañana salteña estaba templada y con el cielo nublado. El sol se asomaba de a poco entre los tonos grises. El día se presentaba como especial, muy especial… Entré a su departamento del barrio Limache y su voz, desde el disco melodioso, me recibía con el “Cantinero de Cuba” en su clásico estilo romántico y fuerte, con mucho ritmo, como le gusta a su público. Mate en mano y con una sonrisa más hermosa que su buen genio la famosa Soledad Martínez “La Voz de la Tierra”, me invitaba a sentar ante una mesa antigua y rústica, custodiada por sillas de iguales características. Sobre la mesa, me esperaban fotografías y certificados que hablaban de toda una vida entregada a la música y el canto…

Soledad Martínez es su nombre artístico, el real es María Luisa Aramayo, nacida en la ciudad de Salta y criada entre Campo Quijano y Rosario de Lerma. Viene de una familia dedicada a la música. Su abuelo, don Pío Aramayo, cantaba milongas acompañado de una guitarra “a lo Carlos Gardel” –según sus propios dichos-; su padre, Pablo Horacio Aramayo, bailaba malambo vestido con chiripa y calzón, a la vieja usanza gaucha, antes de que lleguen las conocidas bombachas. Aparte, don Pablo Horacio tocaba la guitarra y el bandoneón en los carnavales. El mismo fue militar, después en la vida civil fue elegido diputado e intendente en Rosario de Lerma, cargo que ocupaba al crear el famoso “Entierro del Carnaval” y los corsos de esa ciudad mencionada.

Fue su padre quien desde que ella cumpliera los tres años de edad, la hizo cantar por primera vez, subida a una sillita desde la que deleitaba a su familia y amistades. Su pasión por el canto se hizo ver en los actos escolares en la escuelita primaria, presentándose también en el “Carrusel de los Niños” que organizaban las radios locales.

Ya señorita, ingresó a trabajar en una fábrica, siendo elegida delegada gremial, cargo que le permitía hacer reuniones que terminaban en su presentación como cantante. Cuando dejó la fábrica, se dedicó de lleno a la música, trabajando duro para ello. Estudió canto y guitarra y con mucho esfuerzo y voluntad empezó a formarse como una cantante muy conocida en los ambientes festivaleros. Fue finalista en el Pre Cosquín 1979 y debutó en el Cosquín de ese año; estuvo con una delegación en el Festival de Iquique (Chile); los inicios de los festivales de la Chicha en La Caldera y Guachipas, en el Festival del Canto, la Copla y la Danza de Chicoana; el Festival de Santa Rosa en la Colonia; en las Galas del Folclore y Escenario Mayor del Folclore de Radio Nacional Salta y La Feria de la Cocina Regional entre otras presentaciones artísticas.

¿Porqué el nombre de Soledad Martínez? Porque tras un fracaso económico que la marcara para toda la vida, donde perdió todo para empezar de cero, viviendo en pensiones, alejada de sus hijos; porque si contextualizamos varias décadas atrás, una mujer que cantaba y ponía todo su empeño en ello, no era bien vista por la sociedad ni por los jueces ni nadie. El canto se daba de noche, como siempre se da, y esa actividad le creaba problemas y comentarios en su contra. En ese estado se sumerge en el canto y se presenta en el 1º Festival de la Colonia Santa Rosa, donde pernocta en casa de unos amigos, quienes la llamaban “Nena Martínez”, porque cantaba muy lindo el tema “Tu como las flores” que hiciera famoso la cantante Alicia Martínez. Desde allí, en honor a Alicia, la llamaron así. Como “Nena Martínez” se presenta en Balderrama, hasta que Alfredo Plaza la lleva a los tablones de la Peña Gauchos de Güemes. Allí conoce, entre otros, al “Dúo Martínez – Vaca” conformado por el “Charango” y el “Nene”. Es el “Charango” Martínez quien le dice: -“Ya sos grande para llamarte Nena” y como ella siempre era solista, siempre sola… “-Lo que pasa es que siempre estoy observando, entonces el Charango me dice: Te vas a llamar Soledad Martínez y así quedó, lo registré en SADAIC”. Comentaba la cantante.

De sus músicos siempre guarda un hermoso recuerdo, entre los que se llamaron efectivos, estaba su pareja Rafael Martín Sarmiento (baterista); Ernesto Zotto (1º Guitarra); ella tocaba la guitarra rítmica. Entre los músicos que la acompañaron transitoriamente en su carrera musical, recuerda a Gabriel Leonar, Daniel Ríos, Walter Chávez (ahora el trompeta de los Mariachis de Oro) y el Chango Fabián (1º Guitarra).

No todo fue el canto y la música, ahora se encuentra con sus dos hijos, Eduardo Antenor y Rossana del Huerto, ambos llevan el apellido Diez.

En 1997 terminó la secundaria en un BSPA y sigue luchando a la vida que ya empieza a sonreírle…

¿Qué hace hoy? Prepara su nuevo álbum “Un Espacio en Mi Vida”, con 9 o 10 temas de su autoría y algunos “Caballitos de Batalla” como ella dice, dentro de su línea pero con otros ritmos entre los que se encuentran guapangos, chacareras, zambas, canciones, etc… No lo hace sola, pues según ella misma no cuenta con los recursos suficientes. Cuenta con la ayuda económica de la bioquímica, Dra. Liliana Antonia Tapia de Diez quien al escuchar el nuevo repertorio de Soledad Martínez quedó emocionada por la calidad de los temas musicales, convirtiéndose inmediatamente en su productora. También recibe la colaboración de un amigo, Roque Torres, un excelente y destacado músico de San Ramón de la Nueva Orán (Salta) quien la acompaña con bandoneón, guitarra y bajo y otros músicos que componen su orquesta.

Calcula que el disco saldrá en junio de este año, porque en abril comienzan a grabar…

Salta Nuestra Cultura le hizo una cesión de fotos en “La Evia Lita” y agregó otras que gentilmente Soledad Martínez le cedió, las que ilustran la presente nota. Sabemos que Soledad cuenta con un público numeroso y estos años de silencio, solo hicieron que la impaciencia de sus fans se acreciente. Pronto la volveremos a escuchar en todas las radios y festivales. Suerte Soledad Martínez. Vos lo dijiste, no es casualidad es la causalidad de tu esfuerzo…