Hoy vamos a hablar de una costumbre salteña que por
siempre fue motivo de muchos comentarios. Recuerdo que hace unos buenos años,
las chapas patentes de los automóviles en la República Argentina eran como las
actuales con registro alfa-numérico; pero con la diferencia de que tenían una
sola letra y a continuación seis dígitos. Esto pasaba en todas las provincias,
menos en Buenos Aires y en la Capital Federal, hoy llamada Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (C.A.B.A.)
Y como la provincia de Salta fue la primera en
acogerse a esa normativa, le asignaron la letra “A”, a Buenos Aires la letra
“B”, a Capital Federal la letra “C”, a Catamarca la “K”, a Jujuy la “Y”, a
Formosa la “P” y así le fueron asignando una letra a cada provincia. De esta
manera uno sabía si un automóvil era de Corrientes; Misiones o de Tierra del
Fuego. Pero la picardía criolla afirmaba que a los “opas” de Salta, les había
tocado la letra “A” por su costumbre de decir “¿Aaahh?” ante cualquier pregunta
que nos sorprenda o no la hayamos escuchado bien…
Pero ni tratándonos de “opas” nos pudimos sacar esta
costumbre hasta la fecha. Para quien no sea del norte argentino, aclaramos que “opa”
significa tonto. Veamos un ejemplo del “¿Aaahh?” en una conversación salteña:
-A ver, decime chango… ¿cómo te llamás?
-¿Aaahh?
-¿Qué cómo te llamás?
El “¿Aaahh?” es una marca de nuestra salteñidad; pero…
¿de dónde vino esta costumbre? ¿Cuándo se nos pegó? ¿Es algo puramente salteño?
¿Es propio de nuestra cultura?
La respuesta la encontré de casualidad a miles de
kilómetros de Salta, en la Universidad de La Florida (Gainesville-EE.UU.) Me
hallaba en un aula del Instituto de Lengua Inglesa (E.L.I.), cuando un grupo
numeroso de nuevos compañeros ingresaron conversando entre ellos en árabe. Eran
estudiantes procedentes de Qatar. Por supuesto que del árabe nunca entendí
nada. Jamás lo hablé y pocas veces había tenido oportunidad de escucharlo. Pero
lo que sí me quedaba muy en claro y me sorprendía aún más, era que tanto ellos,
como nosotros, los salteños, compartíamos la costumbre del “¿Aaahh?” Claramente
se escuchaba como algunos preguntaban “¿Aaahh?” y su interlocutor le volvía a
explicar lo que hablaba.
Le pregunté a un compañero saudí árabe quien compartía
el idioma con los muchachos de Qatar, sobre el significado del “¿Aaahh?” en su
lengua materna y me dijo que no tiene un significado, pero que es una costumbre
musulmana para decir: “¿Qué?” Su respuesta era la misma que daríamos en Salta
ante una similar pregunta.
Analizando esto, me lleva a suponer que nuestro
“¿Aaahh?” no es tan salteño como creíamos. La inmigración en nuestro país,
alentada por la llamada Generación del ’80 tuvo sus características con
respecto a la distribución geográfica de los grupos llegados en masa a los
puertos de Buenos Aires y de Rosario de Santa Fe. Sabemos que en el litoral
mesopotámico, sobre todo en Misiones se asentaron los alemanes y polacos al
igual que en el sur de Buenos Aires, Neuquén y Río Negro; el grueso de los
italianos y españoles, en la pampa húmeda. Con respecto a los musulmanes
(Sirios, Libaneses, etc), la gran mayoría se distribuyeron en las provincias
del norte (Salta, Jujuy y Tucumán).
Estos nuevos argentinos, no solo nos legaron sus
conocimientos, el amor a la tierra y al trabajo, su sacrificio y el progreso
cotidiano, comidas que las creemos típicas de nuestro país, como la tripa
rellena, los “niños envueltos”, el cupi crudo o cocido, el quipe y tantos
otros; sino también nos dejaron marcas culturales como la que tratamos en este
artículo y que nosotros las vamos desentrañando. Es por eso que no solo
incluimos en nuestro idioma español palabras tales como almohada, alambre,
alguacil, alcalde y tantas otras más, sino que también importamos modismos
lingüísticos como nuestro querido y muy salteño: “¿Aaahh?”
Muy interesante y me encantooooooo leerte ♥tkm amigo
ResponderEliminarGRACIAS QUERIDA ALASBLAMCAS
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