Hablando de la calle Moldes y del barrio de Saavedra, la querida zona porteña de mi niñez, nos fuimos con Eduardo Feldman con la conversación hasta terminar en este exquisito poema de Eduardo Galeano...
A orillas de otro mar, otro alfarero se retira en sus años tardíos.
Se le nublan los ojos, las manos le tiemblan, ha llegado la hora del adiós.
Entonces ocurre la ceremonia de la Iniciación: el alfarero viejo ofrece al
alfarero joven su pieza mejor.
Así manda la tradición entre los indios del Noroeste de América: el artista
que se va entrega su obra maestra al artista que se inicia.
Y el alfarero joven no guarda esa vasija perfecta para contemplarla y
admirarla, sino que la estrella contra el suelo, la rompe en mil pedacitos y
los recoge, incorporándolos a su propia arcilla.
Eduardo Galeano
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