Terminaba el IIº Encuentro de Escritores 2010 en Tilcara, cuando Martín Larza, hombre sin nombre, (porque ese es su seudónimo), me regaló un poema que acababa de leer a los asistentes del domingo a la mañana. Como era de suponer, el escrito no tenía título... Los nombres son difíciles para este hombre de Haedo, de poemas con bares abiertos y gente cotidiana con difíciles historias urbanas. Me dijo que le ponga el nombre que crea correcto y así lo hice... Lo bauticé "Senza Nome" y dice así:
En un pueblo indiferente
cerca de una frontera
te tatuaste
las iniciales
del hombre caído
(un vulgar ladrón
en tierra de nadie).
Yo entendí que lo nuestro
era andar
esperando
y te dejé hacer
como me pasa siempre
que no se puede decir nada.
Los bares cerraban
a las siete
la nieve no paraba
se aprende a ser discreto
en los países
fríos
y con la conciencia
de otro idioma.
Dijiste estar segura
de que
moriría pronto
lo más nuestro
fue una noche
que no recordamos.
Una belleza de poema de nuestro amigo, yo no diría sin nombre, con dos nombres.
ResponderEliminarEso me pasa por no preguntar. Es verdad "con dos nombres". Gracias Cecilia...
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