miércoles, 13 de enero de 2010

NICOLASA DEL VALLE MONTILLA SALMÓN “MENENA”

La Primera Mujer Taxista de la Provincia y del Norte Argentino

Vivimos en un mundo que va superando lentamente innumerables barreras, sobre todo en lo que respecta a la discriminación y, dentro de ésta, la de género; aunque en la actualidad quedan resabios absurdos e incomprensibles; pero, bueno, ahondar en esto sería irnos por carriles que nos llevan a otro camino. Un cronista del diario El Tribuno de Salta, en 1968, trata de explicar lo que ve y aun no se convence, veamos…

“Hay ciertos oficios que por su naturaleza son desempeñados por los varones. Mejor dicho que están en manos del sexo fuerte por el simple hecho de que las costumbres dentro de una comunidad así lo impone. Pero en estos tiempos es posible ver a una mujer desechando la rudeza de un trabajo y también prejuicios, paulatinamente va entregándose a tareas hasta el momento realizadas por los hombres. Esta realidad se advierte con mayor frecuencia en los centros más poblados y en especial en Europa, donde la mujer –Suecia por ejemplo- trabaja en un plano de igualdad con el sexo opuesto. Esta breve introducción nos sirve para presentar a Nicolasa del Valle Montilla, “Menena”, a quien sorprendimos ayer en esta ciudad conduciendo un taxi de su propiedad, con chapa de General Mosconi. No pudimos menos, ante esta nueva para los salteños, que entablar un diálogo con esta joven morena de 20 años, la que con amabilidad se puso a nuestra disposición.


-¿Sabe usted señorita que su actividad constituye una novedad para nosotros?
-Pienso que si, ya que advierto una cierta sorpresa en usted y el fotógrafo que lo acompaña.


-Sorpresa y ganas de conversar para que nos cuente que la llevó a trabajar como taxista.
-Con mucho gusto, integro una familia de seis hermanos, soy la mayor, y mi padre, conductor por muchos años de vehículos de alquiler, fue quien me indujo, sin pensarlo, a desempeñarme en estas tareas.


-¿Podría relatarlo?
-No había cumplido aun los 18 cuando en una oportunidad mi papá, encontrándose enfermo, me solicitó que llevara unos pasajeros. Accedí encantada y desde aquella vez no dejé nunca el volante.


-¿Dónde trabaja?
En Mosconi. Realizo viajes a Tartagal, a esta ciudad y adonde me lo pidan. Quiero manifestarle que me encuentro muy a gusto con mi profesión y no pienso abandonarla, además con ello ayudo a mis padres y a mis hermanos que estudian.


-¿Le gustaría trabajar en una ciudad populosa?
-Me agradaría muchísimo. Tengo una amiga en la Capital Federal, colega, que me invitó a trabajar allí. Puede ser más adelante, por el momento no he pensado detenidamente en esta propuesta.


-¿Nunca tuvo temor de viajar sola?
-Nunca, tengo suficiente valor y hasta el presente jamás he tenido problema alguno.


-¿Sabe cocinar?
-Cocinar, lavar y desempeñar toda actividad en el hogar.


-¿Cuando se case, dejará el oficio?
-Todavía no tuve tiempo para detenerme a pensar seriamente en casarme, pero si lo hago buscaré un marido que no se interponga en mi profesión.


De esta manera nos despedimos de “Menena” Montilla, con la promesa de que cuando visitemos Mosconi daremos unas vueltecitas en su coche que con tanta habilidad y seguridad conduce.” En esa oportunidad “Menena” Montilla había venido a la ciudad trayendo pasajeros en un viaje especial y con sus apenas 20 años se constituía en la primera mujer del norte dedicada a este noble oficio de taxista.



Esta historia, hubiera querido que tenga un final feliz; pero, como no estamos dentro de la trama de una novela, (aunque bien valía la vida de Menena un best seller), nos encontramos dentro de un hecho real… En la mañana del 15 de marzo de 1976, a pocos días de que se produzca el cruento golpe militar, la noticia de los diarios nos cuentan sobre el asesinato de Menena Montilla Salmón, a los, hago un cálculo, 28 años, en Tartagal. La habían secuestrado y torturado para luego ultimarla con más de veinte disparos, posiblemente con una ráfaga de metralleta. Tiempos violentos, con fuerte terrorismo de estado, impío, desalmado y cobarde…

Es este un homenaje a “Menena” a la que no debe olvidarse jamás, porque ingresó a la historia de Salta por la puerta grande de los mártires víctimas de la sin razón violenta, sorda y absoluta y porque fue la primera mujer que se desempeñó como taxista en nuestra provincia y, sin temor a dudas, del norte argentino. Un verdadero ejemplo que, muchas veces me llamó la atención, en el norte de la provincia no es recordado en los actos oficiales ni privados.


Fuentes: Diario El Tribuno del 25-May-1968 y 15-Mar-1976. Fotografía Diario El Tribuno 25-May-1968

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